Es jugando que los bebés aprenden y pasan a entender mejor cómo funciona el mundo que los rodea. El cerebro se desarrolla desde el nacimiento, por eso, las experiencias por las que pasan los niños les están enseñando para qué sirve cada cosa. La interacción con objetos que les permiten conocer diferentes colores, formas y texturas, así como los sonidos emitidos por diferentes materiales o instrumentos musicales son fundamentales para que puedan comprender la diversidad del mundo que los rodea.
Estas experiencias deben ser vividas en sus diferentes lenguajes, como la literatura, las artes visuales, la música, el teatro, la danza e incluso la televisión, que aunque muchas veces sea tildada como algo que desestimula el pensamiento creativo de los niños, puede ser una gran aliada si se dirige al contenido correcto: dibujos coloridos, con canciones repetitivas y fáciles de aprender, estimulan el lenguaje y la comunicación.
Colores y formas: ¿cómo ven los bebés? De todos sus sentidos, la visión es la menos desarrollada, porque no fue necesaria durante la gestación. El alcance no supera los 30 centímetros, haciendo con que todo lo que esté más allá de esa distancia parezca borroso. Solo después del sexto mes de vida, las imágenes comienzan a tener foco, pero el desarrollo de la visión se extiende hasta los siete años, cuando estará completa. Aunque un recién nacido no pueda ver con nitidez los objetos distantes, los tradicionales adornos móviles coloridos sobre la cuna ayudan en el proceso, ya que la mirada del bebé es atraída por el movimiento y por colores contrastantes, como negro sobre blanco.
Sonidos y frecuencias: ¿cómo oyen los bebés? Contrariamente a la visión, la audición del recién nacido es tan buena como la de los padres, porque comienza a desarrollarse a partir del quinto mes de gestación. Durante ese período, el feto ya escucha los movimientos de los órganos maternos, como el corazón, que puede generar un ruido de hasta 95 decibelios, tanto cuanto el de un helicóptero en pleno vuelo. Por ese motivo, con solo 3 días de vida, el bebé ya es capaz de reconocer la voz de la madre y, con 20 días, consigue emitir sonidos en respuesta o girar la cabeza en dirección al ruido.
Consistencia y textura: ¿cómo es el sentido del gusto de los bebés? A partir del tercer mes de vida, la boca se convierte en el principal instrumento del bebé para conocer el mundo. En este período, ya consigue distinguir consistencia y texturas de los objetos, además del propio cuerpo: se lleva a menudo las manitos a la boca, o los juguetes blandos, que consigue sujetar con firmeza y mordisquear repetidamente. Esta fase de descubrimiento estimula el sentido del gusto, que aunque ya nace desarrollado, comienza a entender mejor los sabores. La primera dentición suele comenzar entre el sexto y el duodécimo mes de vida.
En la próxima publicación del blog, hablaremos sobre algunas actividades que aumentan la experiencia de los bebés con el mundo que los rodea y sobre cómo fomentar el juego es un poderoso estímulo para el aprendizaje en general: motor, físico y emocional.
*Todas las informaciones contenidas en este post fueron basadas en informes periódicos, revistas y/o sitios de noticias.
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