La cantidad de leche materna que un seno puede almacenar varía de madre a madre e incluso de seno a seno dentro de la misma madre. La cantidad de leche materna que un seno puede almacenar se conoce como capacidad de almacenamiento. Una madre con poca capacidad de almacenamiento puede producir tanta leche en 24 horas como una madre con gran capacidad de almacenamiento, pero necesitará alimentar a su bebé con más frecuencia. El tamaño externo del seno no importa: es la cantidad de tejido glandular dentro de la mama lo que controla la cantidad de leche almacenada entre tomas.
Así como ninguna regla dice que tú debes comer la misma cantidad en cada comida, tampoco existe ninguna regla que diga que tu bebé deba usar ambos senos en cada toma. Comes más cuando tienes mucha hambre y menos cuando no la tienes. Los bebés hacen lo mismo. Cuando tu bebé esté mamando, observa cuándo traga y cuándo hace una pausa. A veces puedes escucharlo tragar o ver cómo se mueve su mandíbula. A medida que el bebé se llena, las pausas se hacen más largas.
¿Uno o ambos senos en cada toma? Si tu bebé suelta un seno y pide el otro, claro que puedes dárselo. Si tu bebé tiene menos de 3 meses, un pecho (alternado) debería ser más que suficiente, pero hay ocasiones en las que puede necesitar mamar de los dos. Si tu bebé lo pide y lo necesita, ¡adelante! Toda leche materna es buena: olvídate de la vieja historia de que hay que llegar a la leche “con grasa” o “leche posterior”, que es la realmente beneficiosa, pues todos los nutrientes pasan del pecho materno al bebé en cualquier momento. Lo que puedes hacer es tener en cuenta algunos puntos:
● Si tienes poca capacidad de almacenamiento, darle solo un pecho podría significar, potencialmente, negarle al bebé la mitad de la leche, o más.
● Si tienes una gran capacidad de almacenamiento y abundante leche, darle un seno por toma, o por un período de tiempo, puede funcionar bien.
Deja que tu bebé decida cuántos senos quiere en una toma específica prestando atención a las señales que te da mientras mama y brindándole muchas oportunidades mamar. Ignorar esas señales y darle de mamar apenas con un seno para llegar a la "leche posterior", es decir, mantener a tu bebé en un seno después de que lo haya vaciado, conlleva que el otro seno reciba poco drenaje y disminuya la producción de leche. Es como querer aumentar el suministro de leche bombeando de un solo seno en lugar de bombear de los dos.
Recuerda que el aumento de peso depende de la cantidad de leche y no solo del contenido de grasa en las últimas gotas. Para comenzar cada toma, puedes tratar de priorizar el seno que parezca más lleno, si es que puedes sentir esa diferencia. Algunos bebés desarrollan un lado favorito, y raramente maman del otro seno. Con eso no hay problema: una vez que la lactancia está bien establecida, los senos se adaptan a producir niveles de leche de acuerdo con la frecuencia con la que se vacía cada uno.
*Todas las informaciones contenidas en este post fueron basadas en informes periódicos, revistas y/o sitios de noticias.
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