La fase de dejar el pañal es bastante esperada por los padres. Esta fase indica una mayor independencia del bebé, además de ser un beneficio para el bolsillo -ya que se gasta un valor considerable con pañales hasta que un niño consigue hacer pipí o caca solito-, y también el medio ambiente agradece la reducción significativa de estos descartes en la naturaleza. Sin embargo, como en todas las fases de cambios, es necesario tener paciencia para que el bebé se vaya acostumbrando, poco a poco, a esta nueva realidad, haciendo que él aprenda que puede contar contigo y que todo saldrá bien. Es por eso que no es indicado que el pañal sea retirado, y sí dejado por elección del propio niño, que debe sentirse seguro al no usarlo.
Es importante resaltar que no existe una edad correcta para dejar los pañales, aunque el intervalo generalmente ocurra entre el año y medio y los tres años de vida. Sólo la edad no debe ser el factor principal tomado en cuenta para decidir el mejor momento para dejar el pañal: algunos comportamientos deben ser observados. Entre ellos están: la capacidad del niño de avisar que va a hacer sus necesidades o avisar que el pañal está sucio -eso demuestra que el niño ya tiene conciencia de sus excreciones y que las mismas pueden ser controladas por él o ella-; que consiga sostenerse en pie con firmeza, sin ayuda; que haga pipí o caca en horarios más o menos previstos; y que permanezca seco por grandes intervalos de tiempo.
Cómo empezar
Permite que el bebé tenga un ejemplo a seguir: muestra que es un momento natural y que el papá y la mamá también van al baño cuando tienen ganas. Aunque el asiento reductor de inodoro es el más recomendado por los especialistas, lo ideal es que el niño tenga firmeza bajo los pies, para ayudar a los músculos del ano. Por eso, una pelela u orinal infantil puede ser considerado una opción, siendo también de fácil acceso para los pequeños.
Como todo proceso nuevo en la vida, dejar el pañal también es un aprendizaje para el niño, entonces vale estimular la lectura de libritos sobre el tema, cantar musiquitas y celebrar con elogios cada vez que el pequeño consiga ir al inodoro o a su orinal solito. Cómprale también ropita interior colorida y divertida, que incentive a que tu bebé quiera dejar el pañal para poder quedarse apenas con la ropa del día a día.
Qué evitar
Escapes van a ocurrir y son naturales. No hagas de eso un gran obstáculo, castigando al niño o reprendiéndolo; simplemente, limpia las ropas que se ensucien y dile apenas que, la próxima vez, intente avisar antes. Los castigos sólo logran que el niño se sienta culpable, perjudicando su desarrollo psicológico y emocional.
Evita acelerar demasiado esta etapa; métodos como "dejar el pañal en 3 días" son famosos en internet, pero no garantizan una eficacia prolongada. Lo ideal es que el proceso ocurra de manera gradual, lo que puede variar de semanas a meses, dependiendo del desarrollo de cada niño. No intentes iniciar este proceso en momentos más turbulentos de la vida en familia, como cambios de casa, inicio de una nueva escuela o llegada de un hermanito, pues la atención necesita estar totalmente dedicada a ese nuevo momento de la rutina.
*Todas las informaciones contenidas en este post fueron basadas en informes periódicos, revistas y/o sitios de noticias.
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